La desesperación de la bimaternidad

Si el otro día hablábamos de la caótica que puede ser la maternidad, en la bimaternidad la desesperación se multiplica por dos. Y si encima esas dos se llevan trece meses... tirate al río.
Llegan visitas al hospital, (está vez ya vas curada en salud y sabes que viene a ver al bebé no a ti) sonríes y pones buena cara, llora, solucionado sabes que le pasa, ya tienes experiencia.
Pero aiii cuando llegas a casa, ¿se te había olvidado que ahora todo se multiplica por dos?:
La mayor llora, dejas a la pequeña y atiendes a la mayor, la pequeña, mientras llora, dejas a la mayor y ahí pobre llora el bebé, la mayor vuelve a llorar, ¿Qué haces? Malabares, con una mano como puedes coges a una y llamas a la otra para que gatee hacía a ti para cogerla también. SOCORRO piensas.  Consigues calmarlas, duermes a una, duermes a la otra, se quedan durmiendo encima, ¿Me levanto? O ¿Se despertaran? Mejor no me muevo, piensas.
Se despiertan!!!
Lloran!!!
Gritan!!!
Haces malabares para entenderlas a ambas, tienen hambre, no te queda más remedio que dejar a la mayor llorando, coger a la pequeña, darle teta mientras calientas la comida de la mayor, (me río yo aquí de el tiempo para hacer potitos caseros). Mientras coges a una y le das teta, sientas a la otra y le das de comer.
Han comido, la mayor a jugar, la pequeña a dormir, con suerte puedes hacer algo de casa. CORRE, DEPRISA!!! (Me río yo de ti). Mientras vas por el pasillo la mayor llora porque te vas, la pequeña se despierta y comienzan nuevamente a llorar.
Viene tu salvación, su padre, nunca había estado tan contenta de ver a mi marido. Coge a la mayor juega con ella, coges a la pequeña la pones al pecho y se duerme. Tranquilidad, miras a tu marido y lo amas más aún.
Llega la noche, la mayor se duerme, la pequeña se duerme, le miras y dices, por fin. ¿Por fin? La pequeña empieza con cólicos, te vas al salón, no sabías que tu sofá sería tu mejor amigo, pasarás muchas noches con la pequeña en el salón para que la buena hija mayor duerma y el buen padre trabajador descanse, poco a poco tu vida volverá a su cauce y podrás dormir en tu cama de nuevo.
Seguirás escuchando los típicos consejos, pero está vez pasarás de todo, seguirás tu instinto.
Esperemos que podamos dormir más de 3 horas seguidas pronto. Pequeña llorona,  dejará de llorar como buena hija mayor dejo de llorar.

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